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Respuesta a la intervención: nuevas prácticas frente a las dificultades de aprendizaje en la escuela

Respuesta a la intervención: nuevas prácticas frente a las dificultades de aprendizaje en la escuela

Los nuevos conocimientos en el ámbito neurobiológico nos advierten de la presencia de las dificultades de aprendizaje. Alrededor de un 10% de niños y niñas pueden llegar a tener algún tipo de dificultad de aprendizaje, obstaculizando su progreso académico. Ante esta situación, es importante la intervención para evitar la frustración en estos estudiantes y prevenir, así, el fracaso escolar en las aulas.

La metodología RTI

Las propuestas de mejora hacia la situación de fracaso escolar ha sido motivo de debate en los últimos años. Una de las metodologías que más se ha ido trabajando en el ámbito de la educación es la respuesta a la intervención (en inglés, Response to Intervention o RTI). Como mejora de los a menudo sesgados tests de cociente intelectual, el método RTI consolida una evaluación contínua y especializada en la prevención basada en la evidencia científica, para ajustar las medidas de enseñanza adecuadas a cada perfil de estudiante - especialmente por aquellos perfiles con alguna dificultad de aprendizaje.

El método RTI plantea un modelo de evaluación en tres niveles, identificando los estudiantes con riesgo de no poder lograr las exigencias curriculares e interviniendo en la adaptación de mejoras para su seguimiento académico. A pesar de ser un método principalmente para ajustar un buen ritmo académico en las aulas, también ha demostrado ser una forma eficiente para identificar a tiempo los estudiantes con posibles dificultades de aprendizaje específicas. Sin embargo, hay que destacar que el método RTI solo puede detectar una posible dificultad de aprendizaje. En caso de requerir un diagnóstico, será necesario un análisis profesional.



RTI: Nivel 1

El primer nivel de la respuesta a la intervención se centra en la identificación de los diferentes perfiles de estudiantes en el aula. A partir de una evaluación a toda la clase, se identifican aquellos estudiantes que se encuentran por debajo del rendimiento esperado. Este primer nivel sirve como selección para determinar los estudiantes que necesitan un seguimiento más especializado.

En esta primera evaluación se plantean un conjunto de ejercicios y actividades de varias áreas de conocimiento, donde el equipo docente puede detectar tanto aquellos estudiantes que presentan un rendimiento o comportamiento inesperado, como también la posible presencia de dificultades de aprendizaje. Teniendo en cuenta que la primera fase corresponde a una medida preventiva a toda la clase, se recomienda llevar a cabo la evaluación de nivel 1 dos o tres veces al año - preferiblemente una vez por cada trimestre académico.

Respuesta a la intervención: nivel 1. Evaluación a toda la clase.

RIT: Nivel 2

El segundo nivel de la respuesta a la intervención se centra en el seguimiento. Este nivel consta de un seguimiento en pequeños grupos conformados por aquellos estudiantes que durante la primera fase de evaluación presentaron algún resultado inesperado y se requiere una intervención para su óptimo progreso académico.

El objetivo de este seguimiento es dar apoyo especializado a aquellos grupos de estudiantes que necesitan mejores medidas de adaptación para lograr las exigencias académicas. A partir del refuerzo grupal, se aspira mejorar aspectos específicos de su aprendizaje a corto plazo. Por este motivo, se prevé una evaluación semanal o cada dos semanas para observar los cambios y mejoras fruto de la intervención.

Respuesta a la intervención: nivel 2. Seguimiento en grupos pequeños.

RTI: Nivel 3

El tercer nivel de la respuesta a la intervención se centra en la intervención personalizada. Ante la presencia de signos de dificultades de aprendizaje durante la evaluación del segundo nivel, es necesario intervenir de forma intensiva y personalizada. En esta fase de la respuesta a la intervención, se estudia el perfil del estudiante y qué situación se puede adaptar mejor a su ritmo académico.

En esta tercera fase se trabaja para una mejora a largo plazo, puesto que busca frenar el impacto negativo de las dificultades de aprendizaje a lo largo de la vida escolar - e incluso personal - del estudiante. Teniendo en cuenta que se trata de una intervención individualizada, la frecuencia e intensidad dependerá del ritmo y progreso individual del estudiante.

Respuesta a la intervención: nivel 3. Intervención personalizada.

Beneficios y limitaciones del método RTI

Son muchos los estudios que avalan la efectividad de la metodología RTI en la educación. La apuesta por este modelo educativo garantiza el apoyo necesario a los diferentes perfiles de estudiantes. La evaluación preventiva, el apoyo y la intervención aseguran un entorno favorable para mejorar el rendimiento académico en las aulas.

Estos son algunos de los beneficios de la respuesta a la intervención:

  • Ofrecer una educación adaptada a todo el alumnado.
  • Detectar a tiempo posibles dificultades de aprendizaje específicas.
  • Reducir la desproporción de las minorías que requieren una educación especial.
  • Prevenir el fracaso escolar.
  • Identificar las necesidades de mejora individuales.
  • Obtener la información necesaria de los estudiantes para crear un perfil y aplicar intervenciones personalizadas.
Los tres niveles de la respuesta a la intervención: Nivel 1. Evaluación a tota la clase; Nivel 2. Seguimiento en pequeños grupos; Nivel 3. Intervención personalizada.

Aun así, muchos profesionales de la educación se mantienen reticentes a la metodología RTI, puesto que consideran que supone una mayor inversión económica y de tiempo. Para llevar a cabo el método RTI, es necesario que el equipo docente se prepare previamente para poderlo aplicar; contar con los recursos y el apoyo profesional para facilitar el seguimiento en cada uno de los niveles; y promover un entorno colaborativo en las aulas para evaluar las capacidades de los estudiantes en diferentes áreas del conocimiento. La respuesta a la intervención es un modelo educativo que debe integrarse dentro del plan académico convencional, para enriquecer la educación y favorecer un entorno adaptado a cada perfil de estudiante.


NeurekaTEST

El método NeurekaTEST está diseñado para evaluar y detectar las dificultades de aprendizaje en diferentes ámbitos del conocimiento, a partir de varias actividades dirigidas a conocer las funciones básicas en el aprendizaje de niños y niñas de entre 5 y 12 años:


  • NeurekaCALC: procesamiento numérico y cálculo.
  • NeurekaLEC: procesos lectores.
  • NeurekaMEM: memoria de trabajo.
  • NeurekaATT: atención sostenida.
  • NeurekaTDAH: presencia de signos de TDAH.
Detección de las dificultades de aprendizaje con NeurekaTEST. Características: evaluación cognitiva, detección de las dificultades, criterios científicos, baremos actualizados, estímulos aleatorizados, corrección automática.

Desde el ámbito docente, el método NeurekaTEST puede ser incorporado como una herramienta para facilitar la evaluación contínua para conocer las fortalezas y debilidades de los infantes en las diferentes áreas de conocimiento.

Evidencia científica:

Fletcher, Jack M.; Vaughn, Sharon (2009). Response to Intervention: Preventing and Remediating Academic Difficulties. Society for Research on Child Development. doi: 10.1111/j.1750-8606.2008.00072.x.

Fuchs Douglas; Fuchs Lynn S.; Compton Donald L. (2012) Smart RTI: A Next-Generation Approach to Multilevel Prevention. Except Child. 2012 Spring; 78(3):263-279. doi: 10.1177/001440291207800301. PMID: 22736805; PMCID: PMC3380278.

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